para orquesta de cámara
(2023)
La obra, de manera conceptual, está basada en el mito narrado en el libro 3 de las Metamorfosis del poeta romano Ovidio, donde, a manera de resumen, se nos presenta a Eco, quien es una ninfa de la montaña que amaba su voz, decían que de su boca salían las palabras más bellas jamás nombradas. En alguna ocasión, Eco es descubierta por la diosa Juno ocultando cómo Júpiter, el rey de los dioses y su esposo, le era infiel, por lo que condena a Eco a solamente poder repetir la última palabra que escucha.
Por otro lado, tenemos a Narciso, quien era un joven muy guapo, pero también demasiado soberbio. Un día, Narciso vagaba por el bosque donde casualmente Eco estaba retirada, y al verlo, se enamoró. Comenzó a seguirlo con muchas ganas de hablarle, pero su naturaleza en contra a causa de su sentencia, no le permitía empezar, por lo que se dispuso a esperar los sonidos que su palabra pudiera repetir.
Por azar, Narciso gritó “¿Alguien hay?”, y “hay” respondió Eco. “Ven”, dijo Narciso, y Eco repitió “ven”. Narciso buscaba y no veía a nadie venir, por lo que se comenzó a frustrar. “¿Por qué me huyes?”, preguntó, pero mientras más palabras decía, más palabras recibía. “Aquí, unámonos” dijo, y ella, con más gusto que nunca, respondió “unámonos”. Eco, con esa inmensa emoción, salió de su escondite y se dispuso a abrazar a Narciso, quien se sorprendió y huyó.
Despreciada, Eco se escondió, protegió su cara con hojas y se fue a vivir sola en las cavernas. A su cuerpo se lo llevó el aire. Su piel se contrajo en la delgadez. Sus huesos tomaron la forma de piedras y lo único que quedó de ella fue su voz. Sólo queda su condena para existir como sonido que repite.
Esta obra es un homenaje a todos aquellos que nos identificamos en algún momento de nuestra vida con Eco, y su condena a tener que depender de la otredad para sentir que existimos.
La obra funciona como “poema sinfónico” que narra esta historia con diferentes motivos y texturas. La base de la obra es el famoso ritmo “clave”, utilizado en diversos géneros tradicionales, y como elementos narrativos, decidí utilizar motivos, tanto rítmicos como melódicos, que se utilizan en el danzón y en diversos tipos de sones.
A pesar de tener estos elementos como base para la construcción de la pieza, también tiene muchos otros elementos que, durante mi carrera como músico he ido aprendiendo, como texturas orquestales o la utilización de ciertas escalas e intervalos. Uno de estos elementos, que también forma parte importante de la construcción de la obra es la exploración del tetracorde armónico (semitono, tono y medio, semitono) y la escala que resulta al unir varios de ellos. Ésta me pareció adecuada para crear una sonoridad que concordara con la idea narrativa, y, combinada con los conceptos rítmicos y melódicos que el danzón y los sones proponen, surgen muchas de las texturas que le dan a la obra la sonoridad que posee.





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